Comunidad Cristiana Familiar "Bienvenido a Casa"
  Inicio
 


ein Bild

Hola, su visita es un privilegio y una bendición para nosotros. Es nuestra oración que lo sea también para usted.

 


Somos una iglesia de visión "ministerial" llamada a servir en todas las áreas de nuestra sociedad sin dejar escapar ni una sola de ellas.
 

¡Por qué debemos congregarnos!

Debemos congregarnos por que así lo ordena la Biblia, la Palabra de Dios: “No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros,  y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca” (Heb 10.25)

 

Ahora bien el hecho de que sea una orden no quiere decir que esta practica sea tediosa, sino todo lo contrario, pues el Señor tiene preparados para nosotros las delicias que nuestra alma desea, el aliento que nuestro espíritu necesita y la fortaleza que nuestro cuerpo requiere.

 

¿Dónde debemos congregarnos?

Debemos congregarnos en la iglesia de nuestra localidad. Si usted vive en Lima – Perú, será “Bienvenido a casa”, en nuestra iglesia, que está para servirle. Si vive en cualquier otra parte del mundo debe buscar el mejor lugar para congregarse.

 

¿Qué características debe tener la iglesia que escoja para congregarme?

En primer lugar debe ser una iglesia donde se enseñe y se practique la Palabra de Dios. Que tengan las enseñanzas bíblicas como estilo de vida y no tan solo de apariencias. Que sea un lugar en donde nos sintamos acogidos y amados y nos sintamos identificados con su manera de ser. Por supuesto que habrán ocasiones en que las enseñanzas que recibamos nos choquen, pero ello no debe desanimarnos, muy por el contrario debemos esforzarnos por obedecer al Señor y sus enseñanzas y él nos recompensará mucho más abundantemente de lo que entendemos.

 

¿Con qué actitud debemos acercarnos al Señor?

Con una actitud de arrepentimiento de nuestros pecados, sabiendo que él pagó un gran precio en la cruz (su sangre preciosa), para que nosotros podamos acercarnos confiadamente al trono de su gracia.

 

Le animamos a hacer una oración en voz alta parecida a esta:

 

“Señor Jesús, reconozco que soy pecador y he vivido alejado de ti, pero en este momento me arrepiento de mis pecados; te pido que me perdones y me des una nueva oportunidad. Recíbeme en tus brazos, así como te recibo hoy en mi corazón... Amén”

 

Si usted vive en Lima y ha decidido acompañarnos, permítanos decirle que...

¡Es una bendición muy grande, que haya tomado la decisión de aceptar el llamado al arrepentimiento que nuestro Señor Jesucristo le ha hecho! A lo mejor no entiende muy bien lo que está ocurriendo, sin embargo siente paz en su interior. En este mismo instante hay gozo en los cielos, pues un pecador se ha arrepentido (vea el evangelio de Lucas capítulo 15, versículo 7).

 

Es nuestro deseo, que Ud. pueda ser fortalecido en esta ‘nueva vida’ que el Señor Jesús le ofrece; y para tal fin, queremos invitarle muy cordialmente a las reuniones de la Comunidad Cristiana Familiar “Bienvenido a Casa” los días domingo a las 7:00 p.m. en el Jr. Huanta 515 – G, a fin de que “regrese” a darle gracias a su Señor en dichas reuniones. Vea, por ejemplo lo que hicieron nueve de los diez leprosos, mencionados en Lc 17.11-19.

 

“Un día, siguiendo su viaje a Jerusalén, Jesús pasaba por Samaria y Galilea. Cuando estaba por entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres enfermos de lepra. Como se habían quedado a cierta distancia, gritaron: --¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros! Al verlos, les dijo: --Vayan a presentarse a los sacerdotes. Resultó que, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, al verse ya sano, regresó alabando a Dios a grandes voces. Cayó rostro en tierra a los pies de Jesús y le dio las gracias, no obstante que era samaritano. --¿Acaso no quedaron limpios los diez? --preguntó Jesús--. ¿Dónde están los otros nueve? ¿No hubo ninguno que regresara a dar gloria a Dios, excepto este extranjero? Levántate y vete --le dijo al hombre--; tu fe te ha sanado”

Queremos hacer hincapié, además, en el enorme gozo que hay de escuchar de los labios del Padre celestial: ¡Hijo mío, Bienvenido a casa!

 
"Un hombre tenía dos hijos --continuó Jesús--. El menor de ellos le dijo a su padre: 'Papá, dame lo que me toca de la herencia.' Así que el padre repartió sus bienes entre los dos. Poco después el hijo menor juntó todo lo que tenía y se fue a un país lejano; allí vivió desenfrenadamente y derrochó su herencia. "Cuando ya lo había gastado todo, sobrevino una gran escasez en la región, y él comenzó a pasar necesidad. Así que fue y consiguió empleo con un ciudadano de aquel país, quien lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Tanta hambre tenía que hubiera querido llenarse el estómago con la comida que daban a los cerdos, pero aun así nadie le daba nada. Por fin recapacitó y se dijo: '¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen comida de sobra, y yo aquí me muero de hambre! Tengo que volver a mi padre y decirle: Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo; trátame como si fuera uno de tus jornaleros.'  Así que emprendió el viaje y se fue a su padre. "Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó. El joven le dijo: 'Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo.' Pero el padre ordenó a sus siervos: '¡Pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo. Pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete. Porque este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.' Así que empezaron a hacer fiesta. "Mientras tanto, el hijo mayor estaba en el campo. Al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música del baile. Entonces llamó a uno de los siervos y le preguntó qué pasaba. 'Ha llegado tu hermano --le respondió--, y tu papá ha matado el ternero más gordo porque ha recobrado a su hijo sano y salvo.' Indignado, el hermano mayor se negó a entrar. Así que su padre salió a suplicarle que lo hiciera. Pero él le contestó: '¡Fíjate cuántos años te he servido sin desobedecer jamás tus órdenes, y ni un cabrito me has dado para celebrar una fiesta con mis amigos! ¡Pero ahora llega ese hijo tuyo, que ha despilfarrado tu fortuna con prostitutas, y tú mandas matar en su honor el ternero más gordo!' "'Hijo mío --le dijo su padre--, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. Pero teníamos que hacer fiesta y alegrarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.' " (Lc 15.11-32)

 

 

Atte.

Su familia en Cristo Jesús 

 
  Ha habido 6591 visitantes (12466 clics a subpáginas) ¡Aqui en esta página!
Get my banner code or make your own flash banner
 
 
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis