Incluimos en la siguiente lista los precios y características de:
- Iluminación
Además le dejamos este pensamiento:
A menudo preparamos al dedillo nuestra boda. Nos sentamos a planificar con nuestra pareja cuál será la Fecha del acontecimiento más importante de nuestras vidas; dedicamos horas y horas a preparar la lista de invitados de nuestros familiares y amigos. Preparamos con mucho esmero los partes para repartirlos con por lo menos un mes de anticipación a todos aquellos que tuvieron la dicha de ser incluidos en nuestra lista.
Deliberamos cuál será la municipalidad más adecuada para la celebración civil, si la del distrito en el que vive él o si acaso será la del distrito de ella. Del mismo modo sucede al deliberar acerca de la iglesia en la que Dios será testigo de nuestro pacto. Sin despreciar, por supuesto, la movilidad que utilizará la novia para llegar a esta.
Buscamos nuestras galas con mucho esmero para que, ella sea la estrella más preciosa de todo el acontecimiento por su vestido y maquillaje y él el galán por excelencia por su elegante esmoquin.
También buscamos el local o la casa más apropiada para la recepción, en el cual, por supuesto tendrá que haber un fiel equipo de sonido, una selecta iluminación, un apetecible buffet y el mejor maestro de ceremonias.
Elegimos también la mejor opción en fotografía para que tengamos el mejor de los recuerdos plasmado en un precioso álbum. Mejor aún si a esto le añadimos el recuerdo en vídeo.
Todos estos preparativos –que merecen todo nuestro esfuerzo y atención, con justa razón–, nos pueden tomar meses de arduo trabajo; sin embargo al final estaremos satisfechos pues sólo sucede una vez en la vida y ¡todo debe salir a la perfección! Sin embargo y como dije al comienzo, a menudo preparamos al dedillo nuestra boda que durará sólo unas horas, pero con mucha más frecuencia aún, ¡nos olvidamos de los preparativos de nuestro matrimonio, el cual durará para toda la vida!
Dice la Biblia en el Salmo 127
Si el Señor no edifica la casa,
en vano se esfuerzan los albañiles.
Si el Señor no cuida la ciudad,
en vano hacen guardia los vigilantes.
En vano madrugan ustedes,
y se acuestan muy tarde, para comer un pan de fatigas,
porque Dios concede el sueño a sus amados.
Planifiquemos nuestra boda de la mejor manera posible. Pero por sobre todas las cosas planifiquemos nuestro matrimonio, poniendo al Señor como el fundamento de este y, él lo bendecirá mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos.
